El exorcismo necesita de una ceremonia para que el demonio se aleje de la persona a la que atormenta. Este recurso existió en la Antigua Grecia, en Roma y especialmente en la Edad Media europea. En Hechos 19:13 se habla de los judíos ambulantes que practicaban exorcismos para obtener rédito económico. Tampoco los discípulos echaron demonios apelando a exorcismos, sino que lo hicieron en nombre de Jesús (Mr. 16:17). La práctica del exorcismo ha sido popularizada en películas como "El Agüero" y "El Exorcista" así como en varias novelas, donde se afirma que los sacerdotes católicos pueden exorcizar a personas poseídas por demonios y sanar a los enfermos. Sin embargo, la expulsión de demonios tal como Jesús enseñó a sus apóstoles es aquella que requiere de fe, ayuno y oración.EL RITO DEL EXORCISMOEl método convencional de exorcismo es similar a la ceremonia expresada en el Rituale Romanum durante la Edad Media, que data aproximadamente del año 1620. Este rito es utilizado por la Iglesia Católica Romana desde el siglo XVII hasta nuestros días. Se trata de un conjunto de oraciones y lecturas de pasajes destinados a someter al espíritu maligno y a obligarlo a que se aparte de la atormentada víctima. El protocolo indica que el sacerdote debe vestirse con una túnica color púrpura y comenzar la ceremonia recitando una oración seguida por la lectura del Salmo Nro. 4 y la exhortación a la Gracia de Dios contra el demonio. Después se recita un pasaje de Juan 1 y de Marcos 16. Luego, el oficiante debe repetir las siguientes palabras: "Te exorcizo, muy vil espíritu, mismísima encarnación de nuestro enemigo, espectro entero, toda la legión, en el nombre de Cristo, sal y huye de esta criatura de Dios. Él mismo te manda, el que manda al mar, los vientos y la tempestad. Escucha y teme, Oh Satanás, enemigo de la fe, adversario de la raza humana, productor de la muerte, ladrón de la vida, destructor de la justicia, raíz de los males". (Extraído de R.H. Robbins, La Enciclopedia de la Hechicería y la Demonología, Pág. 186).Por último, el cura ofrece otro ruego: "Te conjuro, a ti, Oh serpiente, por el juez de la vida y la muerte, por tu hacedor y hacedor del mundo. No resistas, ni te demores en huir de este hombre”. Es preciso repetir muchas veces estas frases hasta obtener el resultado deseado.
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lunes, 3 de noviembre de 2008
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