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sábado, 1 de noviembre de 2008

EL DAIMON EN LA NATURALEZA


Dáimôn fue la idea griega de "poder", que fue desplazada por el antropomorfismo, vigorosamente desarrollado, que también transformó “los poderes”. Los griegos llamaron dáimones a los últimos, pero, en gran parte, los dáimones resultaron personales, antropomórficos; además, la palabra dáimôn puede indicar a algunos de los grandes dioses griegos. Huellas demonísticas en los ritos son sumamente raras, pero el intercambio de ropas entre el novio y la novia al casarse podría interpretarse de esa manera: la idea podría ser la de inducir a error a los espíritus en esa importante ocasión, de la misma manera que los pueblos primitivos cambian las ropas de un enfermo para que los espíritus de la enfermedad no puedan reconocerlo y pasen de largo. La creencia en dáimones arraiga la idea que el mundo esta poblado de estos espíritus. Los dáimones viven en los desiertos, entre las montañas, en la selva, en las piedras, en los árboles, en el agua, en ríos y manantiales; son los que ocasionan todo lo referente al hombre; envían prosperidad y miseria, suerte y desgracia. Son ellos los que dieron origen a la antigua afirmación de que "el miedo creó a los dioses", pues el hombre se siente mucho más consciente de la interferencia de los poderes superiores en su vida cuando se enfrenta con las desgracias que cuando las cosas siguen su curso normal. Como consecuencia necesaria de esa idea, el objeto del culto más primitivo, de una manera u otra, debe mantener los poderes alejados de la vida: es un objeto apotropaico, una protección contra el mal. Este enfoque de la religión y culto griego ignora la magia o la considera perjudicial, pero, en su etapa primitiva, la misma posee una función muy distinta. Por medio de los ritos mágicos, los hombres tratan de asegurar fertilidad y prosperidad para sí y para los demás; la magia está al servicio del bienestar individual y del bienestar social. Se revela así la intención más elevada de la religión: está dirigida, bajo la forma de magia, al bien general.
Un rito mágico hace referencia al “poder” en general, pero éste mismo puede ser desplazado por “los poderes” o por un “poder” determinado, y ya estamos aquí ante el primer escalón que lleva hasta los dioses. En el totemismo, al cumplir ciertos ritos –por ejemplo, para la multiplicación del animal totémico-, el individuo cree que su éxito depende del favor del ser totémico primordial; en este caso, podría nacer un dios con forma de animal. Parece que esto ocurrió en algunos casos, pero resulta innecesario estudiar esta posibilidad en lo que se refiere a Grecia. Entre los ritos agrarios, existen ejemplos más seguros y más evidentes

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